martes, marzo 21, 2006

Ninfa

La encontré danzando suavemente sobre las aguas de la orilla, con una gasa blanca cubriéndole el cuerpo. Los ojos azules y la boca dibujada por la luna con un brillo inhumano. Me había citado allí, ella se había encargado de encender el fuego, de acomodar las mantas, los cojines y las sedas en la roca blanca.

Se movía al ritmo de las olas, profundizando más en el agua. La miraba desde el lecho que había preparado, sin zapatos y sin camisa, sonreía, me gustaba aquella danza, me gustaba su cuerpo fino, moldeado por las olas que la acogían. Espuma de mar, era la misma Afrodita, conquistando mi corazón en la distancia. Era plata fundiéndose en los restos de la misma pieza, sus manos rozaban la superficie marina, creando ondas que parecían protegerla de cualquier peligro. Niña solitaria, quizá no me quería allí a pesar de su nota, pero sus gestos, su danza, parecían tan íntimos que empecé a ruborizarme.

El agua insolente le lamía el pecho y ella se estremecía, no sé si de frío o de placer. Ninfa de las aguas, Reina de los mares, sirena de dos piernas que jamás se enamorará de este príncipe. <<Ámame lentamente>> le dije al oído, a pesar de la distancia, por primera vez en toda la noche me dedicó una mirada. Sus ojos azules parecían aguamarinas a la luz de la luna, su pelo ondulado ya tocaba el mar, que lo acariciaba, tenía celos, envidia, dolor.

<<Ámame, Ninfa>> repetí en su oído, sonrío con un gesto a caballo entre la dulzura y la maldad, ¡OH! Lolita, Lamia, Beatriz, Anabel, Corina, Lesbia, cuántos nombres tienes, Ninfa. Nadaba en mis pensamientos febriles cuando desapareciste con un gesto de pez en el agua. Me levanté alarmado <¡Ninfa!> grité, sin recibir respuesta, no esperé a despojarme del pantalón, salí corriendo, rompí las olas, rasgué el mar y te busqué en la sombra de las aguas. Unos brazos finos me asieron devolviéndome a la superficie, un beso cálido y saldado me sanó para siempre.

Ninfa, el fuego se ha extinguido, pero yo te tengo dormida entre sedas y brazos…

sábado, marzo 18, 2006

Pretensiones...

No quisiera darmelas de nada, no quiero darmelas de escritora, que aunque me sienta así todavía me queda muchisimo por pulir.
Tengo que agradecer a Paco que me diera la idea de crear el blog, al principio me pareció que no tenía ningún sentido, ya tengo el blog de msn ¿para qué otro? pero algo exclusivo y de uso público para mis composiciones de bolsillo o mis hojas tontas... ¿por qué no?
Gracias por su visita...
Alia