lunes, octubre 31, 2011

Cumpliendo una promesa

Todo a su alrededor era verde y azul, la hierba, el cielo y aquella esquina de mar que se veía desde la ventana, Rita se había quedado dormida en sus brazos mientras que los mellizos, Gregory y Cary jugaban a los vaqueros, ella no dejaba de mirar el camino hacía la casa, en cualquier momento llegarían y no sabía como reaccionar, qué hacer, ni siquiera si dejar o no a la niña en la cuna. Siempre había sido una mujer resuelta, que, por carácter, había tenido que sobreponerse a los nervios desde niña, así que se dirigió a la habitación de la pequeña y la dejó en la cuna, el frío en el pecho que deja el desembarazarse de un bebé no era nunca reconfortante, pero aquella vez lo era aún menos. Fue a la cocina y se dispuso a hacer café, al fin y al cabo aquella mujer tenía raices francesas, igual que ella, el café era ir sobre seguro, no terminaba de entender porqué esa obsesión por impresionarla, al fin y al cabo debería ser al revés.
Acababa de apagar la cafetera cuando oyó las llaves en la puerta, el corazón le dio un vuelco, instintivamente fue a limpiarse las manos en el primer trapo que tuvo a mano y se fue al pasillo, los niños habían dejado de prestarle atención a la emboscada que recreaban y también miraban a la puerta.
Humphrey era muy educado, así que dejó pasar primero a los invitados, en primer lugar ella, con su media melena mediterránea, alguna cana entre el profundo negro y los ojos muy grandes y verdes, su marido tenía razón era muy guapa, a pesar de los años que ya habían pasado por ella, le seguía un señor alto, algo más joven que ella, con un porte muy años 50 y detrás de ellos una chica, de unos 14 años, claramente hija de ambos, labios y ojos de la madre, estructura del padre.

Ella se acercó muy rápido a Shirley y la besó en las mejillas.

- Cuánto tiempo, prima, que ganas tenía de verte- En el abrazo le apretó estratégicamente con una de las manos y miró a Humphrey, que le guiñaba un ojo desde la puerta.
- Yo también tenía ganas de verte- Contestó Shirley como pudo- Niños, saludad a mi prima Audrey- Cary y Gregory se acercaron a besar a la prima postiza.

Shirley saludo a Christian, el marido de Audrey, y a Irma, la hija de ambos, estaba bastante azorada, pero intentaba disimularlo, había demasiada familiaridad fingida con gente que no había visto nunca, claro que todo aquello tendría una razón de ser y pronto se enteraría.

- ¿Has hecho café?- Dijo la invitada- ¡Cómo me conoces! Vamos, te ayudo a servirlo- Shirley se vio guiada hasta su propia cocina sin saber muy bien como- Perdona la escena- continuó Audrey- cuando Des... Humphrey me escribió la primera vez le dije a Christian que eras mi prima, para que no hubiera ningún tipo de filtro, con el tiempo podría haberle contado la verdad, me fio de él, pero simplemente no lo hice, disculpa- suspiró profundamente- ¡Qué ganas tenía de conocerte!- Ahora, al ver su sonrisa comprendió todo lo que su marido le había dicho, era sincera, transparente.
- No sabía como tomarme esto, Humphrey habla de ti, no me da detalles, pero este último mes ha estado intentando que te cogiera cariño sin conocerte... He estado muy nerviosa...
- ¿Nerviosa? No mujer, nerviosa estaba yo, esta no es una situación normal, ni mucho menos, en cierto modo quería impresionarte, que no pensaras que él estuvo con cualquiera... No sé si me explico.

Aquella mujer que había entrado en su casa y que se había ocupado, tiempo atrás de sus cosas, estaba tan nerviosa como ella y tenía las mismas impresiones que ella, no le extrañaba que su marido se hubiera asido a ella en su ausencia, lo que le extrañaba es que no se hubiera quedado con aquella impresionante mujer.

- Yo quería impresionarte a ti... - Atajó el gesto de interrumpirla y continuó- No quería que pensaras que se fue por nada.
- Yo ya sabía que no se fue por nada.
Ambas mujeres se sonrieron, sintieron cierta comunión la una con la otra, una sensación que se tiene muy pocas veces y sin necesidad de decirse nada más se abrazaron y lloraron.
- ¿Traéis el café?- Humphrey apareció en la cocina- Es que no sé que hablar con tu marido, no sé que le has contado.- Él agarró por la cintura a su mujer y la besó en la mejilla- ¿Por qué lloráis? ¿Os habéis estado peleando por mi?- Humphrey levantó la ceja- Sé que soy irresistible, pero no es para que os peleéis.
- Te podías haber quedado tú con él.- Dijo Shirley a modo de broma.
- De eso nada, tu lo viste antes.

Los tres rieron. fueron al salón, bromearon, continuaron con la piadosa mentira y disfrutaron de sus compañías, desde entonces Humphrey no volvió a intercambiar correspondencia con Audrey, fue Shirley la que continuó aquella relación, el cuidado por el mismo hombre las unió para siempre.

domingo, octubre 23, 2011

La Primera Vez (carta de presentación)

Hay una primera vez para todo, o al menos eso aclama el dicho popular. Una frase sencilla que, además de describir una realidad irrefutable, guarda una profunda reflexión sobre nuestros actos, las causas que nos llevan a realizarlos y sus consecuencias. Y ésta es la primera vez que escribo en un blog. La primera que publico mis pensamientos, mis experiencias, mis inquietudes y, sobre todo, mis sentimientos, y los expongo a la opinión del gran público.

Como toda primera vez que se precie, el miedo a lo desconocido y los nervios por la incertidumbre están presentes. Pero también hay ilusión y esperanza: ilusión por formar parte de este proyecto y haberme decidido, después de muchos años, a dar un paso hacia delante como escritor y compartir mis obras con todos vosotros; esperanza de que juntos disfrutemos de esta trepidante aventura que es leer y escribir.

Pero más allá de estas reflexiones, esta no sería una buena presentación si no me diera a conocer, explicara mis motivaciones e hiciera, por supuesto, una buena declaración de intenciones:

Mi nombre es Sergio -mi hermano, con tan solo ocho años, lo eligió especialmente para mí-. De mi padre tomé el apellido García, y de mi madre Martín -muy españoles, demasiado frecuentes para mi gusto-. Nací, hace ahora treinta años, seis meses y seis días, en la Bola Azul de Almería -pertenecí a la última generación que vio por primera vez la luz en este antiguo hospital-. Mi parto, como el de casi todo el mundo, esconde una tierna historia digna de ser contada, aunque, disculpadme que os diga, no será en este momento ni en este lugar, cuando y donde lo haga.

Desde bien pequeño siempre me han llamado más la atención los números que la letras, confesión que en boca -o en manos- de un pretensor a escritor es, cuanto menos, sorprendente. Pero así era y así sigue siendo, y quizás por eso piense que este arte no está reservado únicamente para los puristas de la literatura. Leer es cantar, y escribir hacer música con las palabras como los compositores hacen música con las notas. Y si os paráis a pensar un instante, quizás descubráis que escuchar una sinfonía y leer un relato, tienen muchas cosas en común. Las palabras tienen musicalidad, las frases ritmo y los párrafos melodía, y cuando se lee o se escribe se puede sentir esta armonía como se siente cuando escuchamos a una orquesta. Y es precisamente aquí donde, creo yo, puede residir mi talento, pues para la escritura, como para la música, se necesita un buen oído, y de eso afortunadamente nunca me ha faltado.

Por desgracia el talento no es suficiente... hay que acompañarlo con una gran dosis de esfuerzo y disciplina. Se dice que el buen escritor se hace leyendo, que practica todos los días, y aún cuando está triste, desanimado, carente de inspiración o cansado hasta la extenuación, debe tener la voluntad necesaria para seguir haciéndolo. Si esto fuera cierto jamás seré un buen escritor, pues la constancia y el sacrificio no son precisamente unas de mis virtudes. Aún así nunca dejaré de escribir, con la ambición de hacerlo cada día mejor y a la espera de que, en algún momento de mi vida, el mundo reconozca el talento del que presumo.

Pero, ¿por qué escribimos? ¿Por qué nos acucia la necesidad de contar historias para que otras personas las lean, compartiendo nuestra pasión e inmortalizando nuestros pensamientos? Algo aparentemente tan nimio, tan característico del ser humano y, sin embargo, tan difícil de explicar. Yo comencé a escribir, hace muchos años, porque era una manera sencilla de convertir en realidad mis sueños. Todas las locas ideas que me invadían sobre mundos fantásticos y extraños personajes, se hacían más palpables cuando se tornaban a escritas. Más tarde descubrí que me servía como medio para aliviar mis frustraciones, como si el papel fuera un fiel confidente siempre dispuesto a escuchar nuestras penas. Las razones pueden ser cuales quieran, lo importante es que cuando tienes algo que decir y no te bastan los gritos para ser escuchado, esta es la mejor manera de conseguirlo. Yo os animo a que, si no lo habéis intentado, juguéis a ser escritores por un día y averigüéis vosotros mismos, porque escribir es algo tan maravilloso.

Esta es mi primera vez, pero os garantizo que no será la última. Hasta entonces un cordial saludo a todos y disfrutad de la lectura.

Agradecimientos:

A Estrella por brindarme esta oportunidad. Nos conocimos hace muchos años, aunque perdimos el contacto. Ahora, dos décadas después, nos reencontramos para descubrir que compartimos afición, y que ambos la practicamos con el mismo entusiasmo. Gracias por reconocer mi talento cuando yo no creía en él.

A María por ser mi inspiración. Amor, tu has conseguido ilusionarme con tus palabras, que confíe en mí mismo cuando me costaba tanto hacerlo. Gracias por tu apoyo, sin él escribir no sería lo mismo.

viernes, octubre 21, 2011

Depende del muerto

Es una cuestión cultural, que no sé muy bien si es de procedencia judeocristiana o de procedencia pagana, el hecho de que le tengamos tanto respeto a la muerte, de los muertos no se habla mal, hay que guardar silencio ante ellos, observarles durante toda una noche, los exponemos para que nuestros amigos, familiares y otras gentes les presenten sus respetos y nos ponemos en fila en repetidas ocasiones, en unos sitio más y en otros menos, para que la gente nos recuerde lo tristes que debemos estar. Quiero que conste que el acto del velatorio no me parece mal en absoluto, al contrario creo que responde a la necesidad básica de la despedida, el tránsito que los vivos necesitamos para hacernos a la idea de que esa persona ya no está entre nosotros, lo que me sorprende es que se suele ser muy respetuoso con respecto a la muerte hasta que muere alguien "famoso".
Podemos empezar por la imagen de la ejecución de Sadam Hussein, de muy mal gusto, porque no sólo observábamos al exdictador muerto metido en un saco, sino que además vimos su llegada a ese estado, no hace mucho nos encontrábamos con la noticia de que el terrorista más buscado había muerto a manos de militares estadounidenses, nadie lo creyó, poco después difundieron una imagen muy truculenta de un cadaver con un tiro en la cara, absolutamente desagradable, después de ver la instantánea muchos no creímos que fuera verdad, el cadáver arrojado al mar con una excusa malísima sobre un ritual musulman, hasta que Al Qaeda no confirmó la muerte, fueron unos cuantos días de controversia, a pesar de las imágenes ¿Era realmente necesario enseñarnos aquella cara reventada o aquella ejecución? ¿Es necesario que ahora Gadaffi se nos presente de la misma manera?
Es lógico que cuando la muerte de alguien supone una victoria moral se quiera comprobar dicha muerte, pero con respecto a nuestra vida cotidiana guardamos un respeto a los muertos que no seguimos cuando estos son simplemente famosos, porque no es necesario que sean tiranos para que se produzcan estas situaciones ni es un fenómeno nuevo, ya lo vimos con Jesse James, Ernesto Guevara, el cadáver calcinado de Goebbles y sus pequeños hijos en una fila macabra.
Hay casos realmente estrambóticos,  tenemos a la adorada Eva Perón, de la que no se sabe que es más importante, si su mandato como presidenta argentina o la historia de su momia, que fue expuesta desde 1952 hasta 1955, año en el que el cadáver fue secuestrado, un general lo instaló en su despacho de pie y allí lo tenía, entre sus papeles, la cara de la hermosa y muerta por cáncer, después fue trasladado a Italia, se enterró en Milán bajo un nombre falso, fue desenterrado y entregado a su esposo, que se encontraba en Madrid y tuvo el cadáver de su mujer en el sótano de la casa hasta que volvió a Argentina, donde fue expuesto de nuevo y enterrado en el año 76, 24 años después de su muerte, sin duda el Doctor Pedro Ara hizo un trabajo de embalsamamiento asombroso, ya que el cuerpo permaneció incorrupto, excepto por un dedo que le fue arrancado en la primera etapa de su muerte.
En otras ocasiones es nuestro ferviente amor el que nos hace transgredir esas normas culturales que nos impone la muerte, como fotografiar el cadáver de River Phoenix, Anne Nicole Smith, Marilyn Monroe, John F. Kennedy y tantos otros a los que necesitamos ver muertos para creernos que han muerto, si al menos respondiera al extraño rito de fotografiar al muerto para preservar su alma como pasó a finales del Siglo XIX, formaría parte de ese ritual luctuoso, pero no es así. Perdemos todo el respeto ante la muerte, toda la superstición y nos gana el morbo de forma completamente innecesaria es más ocasiones de las que son tolerables,

jueves, octubre 20, 2011

Un nuevo autor

Hace algún tiempo estuve pensando en la cantidad de literatos buenos e incipientes que tenemos en Almería, la lista de blogs destacados ya os han puesto sobre aviso, ahora, haciendo uso de mi experiencia bloguera, he acogido a otra promesa de las letras españolas y candidato, como todos nosotros, a formar parte de la Generación del 11, apareceremos en los libros de texto del futuro, si no os lo creéis sólo tenéis que darnos tiempo.

Y ahora, sin más preámbulo os presento a Sergio García, este joven almeriense nació con el gusanillo de la literatura y en estos últimos tiempos ha perfeccionado y aumentado su producción literaria, por lo que es un placer para mi acogerle en este blog y permitir que todos vosotros disfrutéis de su estilo único y apasionante, sin duda su literatura no os dejará indiferentes y aumentará la calidad de este blog sobremanera.

Espero que le brindéis una calurosa bienvenida a nuestro nuevo autor.

martes, octubre 18, 2011

Tu exuberancia me nula el juicio... o me anula... no sé



Los personajes del siguiente relato son ficticios cualquier parecido con la realidad es fruto de la más pura casualidad.


- Tengo un problema tremendo- dijo dándole una calada profunda al cigarro.
- A ver, cuenta.
- Está muy buena, muchísimo- parecía realmente destrozado, se pasó la mano por la cara como si así fuera a deshacerse de tamaño problema.
- Te compadezco, no sé como puedes con ello, y yo estaba pensando en lo jodido que está el empleo estos días- Miraba a su amigo con la ceja levantada.
- Vete a la mierda, si fuera menos guapa la habría dejado, tenemos en común el cine chorra y los videojuegos en 8 bits, que me la quiero tirar a todas horas y ella se deja...
- Me estás dando una pena que no te imaginas... no sé si quitarme los calcetines sudados y pegarte con ellos en la cara...
- Joder ¡Es que es muy lerda!
- Tampoco será para tanto y si lo es lo disimula estupendamente, yo no he notado nada.
- Son sus labios gruesos, su nariz recta, sus ojos verdes, sus tetas imponentes...- miró al infinito durante unos segundos, demasiados segundos, con un extraña sonrisa en la cara- ¿Ves? Te agilipolla, por eso no notas que es tonta perdida. El otro día me dijo que no pensaba vivir nunca en Italia porque probó a estudiar latín y era un idioma horrible.
- ¿No te dijo que no viajaría en el tiempo a Roma?
- No, no lo dijo.
- Bueno, un desliz lo tiene cualquiera.
- Claro, atento a esta que se me ha quedado grabada- puso un dedo en alto y comenzó a declamar imitando la voz de su novia- "Cariño no pasa nada si tiro las cáscaras de las pipas al suelo, porque el suelo es naturaleza y las pipas salen de la naturaleza y la naturaleza es natural"
- Tiene sentido.
- Qué es tonta perdida, me confesó que de pequeña todos las niñas la trataban mal porque le gustaba a todos los niños e intentó suicidarse.
- Eso es muy triste.
- Intentó cortarse las venas con la maquinilla de afeitar de su padre ¡La maquinilla eléctrica!
- Sigue siendo muy triste, pobrecita que mal lo debe haber pasado.
- La cosa es que no sé como dejarla, porque cuando me mira me vuelvo de mantequilla, hace conmigo lo quiere, tienes que ayudarme.
- Eres tonto, esas cosas son nimiedades, no me sorprendería que fuera de broma.
- Da igual, por ahí viene, que guapa es- y la amargura se esfumó de su rostro.
- Mira amor, me he comprado una powerbalance, dicen que te da equilibrio.
- Vida mía, si la empresa quebró porque demostraron que no servían para nada.
- Siempre jorobando al pequeño empresario, claro que funcionan yo he notado que ando mejor, mira- La susodicha se dio un garbeo por delante de los dos muchachos- ¿Veis?
- Lo vemos, lo vemos, andas mucho mejor, anda cariño, vámonos a casa.
- ¿Es que tienes algo imporante que decirme en privado?
- Te voy a estar diciendo toda la noche lo mucho que te quiero tal como eres.

jueves, octubre 13, 2011

Mis remansos de paz

Todos tenemos un momento especial que rememoramos cuando no nos sentimos bien, un lugar al que viajamos  cuando estamos a disgusto, lo cierto es que yo tengo varios, cuando necesito relajarme mi sitio es Mónsul al atardecer en Septiembre, con el color naranja del cielo, la arena gris, la temperatura perfecta, la brisa que te toca con suavidad, consolando. Cuando estoy triste me voy a los brazos de él, la mayoría de las veces, tengo la suerte de que puedo hacerlo físicamente, pero si no está no es difícil rememorar sus abrazos acunándome y noto su olor, igual que cuando me acuna en vivo lloro más, me enternezco, pero es sólo la tormenta previa a la calma. Otras veces me pongo nerviosa, entonces me siento bajo un chopo, donde la luz casi ni me alcanza, oigo el riachuelo que corre a escasos centímetros de mi y no me calmo, porque yo nunca estoy en calma, pero me relajo sensiblemente.
 El lugar más extraño al que viajo llega a mi cuando me desespero en clase, cuando estoy cansada, la primera sensación es el aroma a jazmín y al punto se me pone una sonrisa de oreja a oreja, porque es el aroma de mi profesora de historia de primero, después de su perfume llega a mi su voz calma, su sonrisa de oreja a oreja y su palabra justa, ella me enseñó a tomar apuntes de forma eficiente, fue curioso cuando nos reunimos en la universidad, que gozada sentarse a su lado, esa fantástica sensación de estar en su clase volvía sin esfuerzo a través de su perfume y cuando comparábamos los apuntes eran calcos, ella me enseñó y es algo que viajará conmigo siempre, quizá por eso me reconforta tanto volver a aquel aula, con la luz de la mañana, sus camisas blancas y su sonrisa plena. No había nada que te pudiera contar que no te interesara, no había un momento aburrido, ni un dato sin sentido. Sin duda alguna, en estos momentos, en los que no me permito huir de clase y tengo que volver a los tiempos de instituto y a la dinámica diferente, vuelvo a aquellas clases, que a pesar de ser clases y a pesar del tiempo, me siguen haciendo la jornada más llevadera y me permiten recordar a mi profesora, mía y de nadie más, única e inigualable.


A María Dolores Guillén.

miércoles, octubre 12, 2011

El inicio del cambio

Un jueves, a última hora de la mañana, de sorpresa, recibo una llamada de mi madre "Es del instituto que se ha quedado libre una plaza, llama en 15 minutos" evidentemente mi primera reacción fue genial, estupendo, este año no tendría que estar mirando al infinito y lamentándome por haber dejado la universidad, al día siguiente tenía que cumplimentar la matrícula sin falta, así que a pesar de que esa misma mañana salíamos de viaje a Córdoba me las apañé para hacerlo todo, previa pérdida de las fotos que llevaba preparadas y después de dos instantáneas en un fotomatón, una de ellas con una mancha un tanto sospechosa.
Después del viaje y con el cansancio de los juegos de mesa a la espalda me tocó ir a clase, me personé en la puerta del instituto a las 15.20 porque no le tengo cogido el tranquillo a esa línea de bus, pensando que sólo tendría que esperar 40 minutos, que en realidad fueron 70, porque la información que me habían dado el viernes anterior era que las clases eran de 16.00 a 22.00 y no de 16.30 a 22.30, así que allí me tienen, hecha un manojo de nervios, pasando un calor de padre y señor mio y viendo que a las 16.00 ni abren el instituto ni allí se presenta nadie, poco después para mi sorpresa llegó un grupo de chiquillos, les pregunté a que módulo pertenecían y... no, no eran del mio ni sabían donde los míos daban clase, porque no iban a ser las cosas fáciles, precisamente, después pregunté a otro grupo, tampoco eran de los míos. Sé que estáis gritando "Pregunta en conserjería", yo también lo hice, con tan mala suerte que ambos conserjes eran nuevos en el centro y no tenían ni idea de quienes eran los profesores, dónde estaban las aulas ni de donde tenían la cara, al menos uno de ellos, así que estuve 20 minutos dando vueltas, hasta que un caritativo compañero salió a por tiza y me guió hasta la que será mi segunda casa este curso, con sus ordenadores desfasados y sin conexión a internet, sus profesoras guapas, no las conozco a todas todavía, pero por ahora son todas las que están y mis nuevos compañeros, con los que sin duda me iré a haciendo poco a poco.
Lo cierto es que no tenía muchas esperanzas en el módulo, al fin y al cabo no era mi primera opción, pero tampoco está tan mal, resulta más interesante de lo que yo creía y la seño de informática hace bonito en clase, que siempre es de agradecer. También es cierto que me he propuesto no volver a dejar nada a medias, así que me esperan dos añitos de esto y luego ya veremos, por ahora la cosa se está encaminando bien y eso que parecía que no había luz al final del túnel.