jueves, enero 28, 2010

El cine de las sábanas blancas

Entre las sábanas blancas aparece un ojo de tonos marrones y verdes,

como el bosque, le sigue una nariz distinguida y tras ella una amplia sonrisa. Las sábanas arrullan su felicidad, como si estuviera entre las nubes ¿por qué me sonríe de esa manera? ¿Qué le hará tan feliz? ¿Cabe la posibilidad de que se culpa mía? Me mira a mí, desde luego.

 

- ¿Qué te hace tan feliz?- le susurro para no ensombrecer su alegría.

- Esto- me mira y suspira, sin dejar de sonreía. he debido poner cara de no entenderlo, porque él ha puesto cara de ir a explicarlo- Estás aquí, mirándome, tan guapa, tan natural, tan perfecta, con las manos puedo acariciar tu piel suave…- Noto una suave caricia por el costado- bajo las sábanas se está tan calentito y no hay nadie. Nadie dice que tengamos que salir de aquí, nadie pretende separarnos, nadie nos ordena, este es nuestro mundo.

De repente algo se mueve dando una extraña forma a nuestra nube y repta entre nuestras piernas, haciéndonos cosquillas, hasta que llega a nosotros y sonriendo, mostrando sus pequeños dientes de leche, admirándonos con sus ojos castaños y sus cabellos rojos dice:

- Buenos días dormilones- su voz suena a campanillas- besa al hombre feliz en la mejilla con gran estruendo y se acurruca entre mi pecho y mis brazos- estás calentita mami- y hunde la cabeza entre mis senos para después mirarme- Hoy si hace sol.

Mi hombre feliz suelta una carcajada.

- Ahora, ahora si que esta cama es un mundo perfecto.

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