domingo, junio 26, 2011

Una parte del mundo ideal

Me gustaría vivir en un mundo en el que mi género no determine el comportamiento de los demás, ni para que me traten como un ser inferior ni para que me traten con pies de plomo con tal de no ofenderme.
Me gustaría vivir en un mundo en el que las empresas no tengan problemas en contratarme porque en cualquier momento puedo traer hijos al mundo, sin la posibilidad de compartir mis responsabilidades con el donante de esperma, tener más tiempo de baja maternal sólo disuade a los empresarios de contratarme en lugar de a un hombre, mientras que la posibilidad de proporcionar la baja tanto a un hombre como a una mujer nos hace estar más igualados.
Me gustaría vivir en un mundo en el que la solución no fuera dejar que una niña de 16 años aborte porque puedan echarla de casa, sino que la educación sexual se nos proporcione sin tabús, se fomente la conversación en los hogares para evitar quedarme embarazada a los 16 años y para que en ningún caso tenga problemas al contárselo a mis padres, dejando obsoleta una ley controvertida que está bien planteada sobre el papel pero flaquea en la práctica.
Me gustaría vivir en un mundo en el que la virilidad no se vea afectada por poner una denuncia a tu mujer si te maltrata, ya sea física o psicológicamente, donde tanto mujeres como hombres estemos educados para actuar de forma efectiva ante el maltrato.
Me gustaría vivir en un mundo en el que las leyes me protejan como persona que soy, dejando de lado mi género, que por fin deje de determinarme sólo lo que tengo entre las piernas.
Me gustaría vivir en un mundo en el que se ha dejado de hablar de valores absolutos: A las mujeres les gusta esto y a los hombres aquello, las mujeres se comportan así y los hombres asao.

Dedicada a Loli Lázaro y Paco Gil

miércoles, junio 22, 2011

Volver a empezar

Siempre se escuchan cosas como "volvería a los 16" o "volvería a los 18 sabiendo lo que sé ahora" yo no, jamás de los jamases, si pudiera volvería a mi más tierna infancia, a los veranos en el pueblo con mis hermanos, a cepillarle el pelo a mi hermana, a ver el grand prix, porque no había otra cosa, a que mi hermano voleara mis escuálidos 15 kilos en la playa para zambullirme en el agua, a jugar con mis primas a las tiendas y a las noticias, pero sobretodo volvería para descubrir.
A cierta edad todo es nuevo, cada día hay mil descubrimientos que hacer, cada capítulo de "el mundo de Beakman" te daba algo interesante que hacer, los bases hacen reacción con el ácido, mira como burbujea el bicarbonato al contacto con el limón y ¡Anda! también con el vinagre, siguiendo esta base puedes conseguir que los huevos boten, ya que el vinagre se come el calcio de la cáscara y sólo queda la telilla... todos los experimentos... por suerte esta serie sigue siendo igual de guay cuando la ves con 25 años, pero evidentemente la mayoría de cosas ya están descubiertas y no es lo mismo.
Ahora ves las mismas series que veías a esa edad y no son lo mismo, los caballeros del zodiaco te parecen cutres, Alfred J Kwak da rabia de lo feliz que es y Azuki no tiene ni pajolera idea de lo ingratas que pueden llegar a ser las relaciones sentimentales. Desde luego hay otras, como El Conde Patula, que no pierden su esencia, pero, igual que con el Mundo de Beakman, ya están descubiertas, ya no es lo mismo.
Cuando veo a mis sobrinos flipando con Dora la exploradora o con Pocoyó, no tengo más remedio que sentir cierta envidia.
Claro que el descubrimiento nunca termina, es una de las cosas maravillosas del Ser Humano, pero la emoción que se siente siendo niño con respecto a lo nuevo, nunca volverá, así que no nos queda nada más que esperar que lleguen nuevos descubrimientos que nos transporten a la emoción que se siente cuando se es niño.

domingo, junio 19, 2011

Pan y Circo

Empezando porqué estoy completamente a favor de las manifestaciones y de los puntos principales que propone el movimiento 15m, mi reflexión no deja de ser eso, no pretendo hacer una crítica.


A la plebe romana se la mantenía tranquila con Pan y circo, las cosas no han cambiado demasiado, en realidad las gentes se levantan, se manifiestan, se atrincheran, se unen por el cambio, pero ¿Cuándo?
La ley electoral necesita un cambio desde el inicio, pero tragando con que por fin podemos votar nos callamos y así hemos seguido los treinta y pico años siguientes sin decir nada de la ley electoral, porque teníamos pan y circo, sobretodo pan.
Los beneficios de la clase política también existen tiempo atrás, también sabíamos que deberían suprimirse, pero qué más nos daba que ellos cobraran una pensión vitalicia si nosotros teníamos nuestro trabajo, nuestra estabilidad económica y todo el entretenimiento del mundo, mucho pan y mucho circo y la boca cerrada.
Mientras que nuestros políticos estaban metiendo mano en las arcas disimulaban su corruptela con un centro comercial de la muerte aquí, un paseo de palmeras allá, una urbanización del carajo por aquí y un montón de rotondas por allá y todos hemos llegado a hablar de lo que le pagaban este o aquel o de quien son esos terrenos y que calificación tenían antes, pero "como hace tantas cosas por el pueblo ¿qué más me da que se lleve un millón o dos más?" cuánto pan y circo nos han dado que durante mucho tiempo se ha defendido lo que ahora queremos suprimir por todos los medios.
Todos hemos visto la fiebre del ladrillo, la falta de fuerza de trabajo, a los chavales que no querían estudiar, pues a la obra, la burbuja inmobiliaria la hemos visto formarse y nos limitábamos a decir "ya bajarán los precios" cuando todos sabíamos que bajarían cuando esta situación reventara, porque sabíamos que iba a reventar y sabíamos que eso provocaría una crisis bestial, no había que ser economista para darse cuenta, quizá lo único que se nos escapaba al común de los mortales que esta situación iba a sucederse en gran parte del mundo, pero aún así nosotros parecemos no levantar cabeza mientras que el resto de Europa repunta ¿Por qué no dijimos nada cuándo estábamos a tiempo? porque teníamos pan y circo.

martes, junio 07, 2011

Después de...

El bloqueo es, probablemente, la sensación más desagradable que puede vivir alguien sin llegar a tener una enfermedad diagnosticada.
Anteriormente hemos llegado a la conclusión de que tenemos una necesidad casi física de escribir, por lo que manifestamos síntomas anteriormente descritos de forma compulsiva, hasta que llega un momento en el que esas páginas en blanco nos aterrorizan, los pensamientos cíclicos se tornan oscuros y el picor de las manos se extiende por todo el cuerpo provocando un estado de nervios constante. Estas sensaciones se pueden reprimir de varias maneras:
Puedes escribir sobre lo terrible que es el bloqueo, lo que en realidad es un paliativo temporal, es como alargar el mono, pero este caso es bastante útil.
Otra opción, aunque no es recomendable, es suprimir los síntomas, durante un breve periodo de tiempo puede funcionar, pero llegado cierto momento nos sume en la oscuridad, llegando a afectar a aquellos que nos rodean, en este estado te pareces bastante a alguien falto de sueño, que vaga por el mundo constantemente cansado e iracundo, porque al fin y al cabo, para algunos, escribir es una necesidad fisiológica tan básica como soñar, de hecho es casi una extensión de los sueños, y sin llevar a cabo esta función no nos regeneramos, no vivimos. Nuestro estado de desesperación puede llegar hasta tal punto que provoquemos situaciones no deseadas con tal de encontrar un detonante para salir del bloqueo.
La mejor opción, que se puede (o debe) combinar con la primera, es sin duda buscar un detonante, evitando las confrontaciones directas, para esto tenemos que transformar nuestra forma de ver el mundo, posicionándonos como la voz omnisciente, el paseo es un gran recurso, pues nos permite la observación furtiva de nuestros congéneres, lo que suele ser una buena fuente de inspiración, así como utilizar este tiempo muerto para enriquecer la que será nuestra obra leyendo mucho, principalmente, así como realizar otras actividades culturales, como ver cine, visitar museos y escuchar música, la gran cantidad de actividades nos acabará proporcionando una idea cualquiera, con la que hay que ponerse manos a la obra sin esperar un instante.
No tiene porqué ser una gran novela, ni siquiera una corta, con un relato o un poema nos basta, de repente sentimos que nuestra alma se aligera; como una noche dormida del tirón, despertamos nuevos, eufóricos y seguros de que a partir de ese momento todo será mejor.
Pero indepedientemente de todos los recursos para salir de este atolladero lo mejor es no llegar nunca a él ¿Cómo? Escribiendo todos los días, dicen los expertos, aunque sea un diario, aunque sean anotaciones, sacar y estimular los pensamientos cíclicos, pero la realidad es que pocos lo hacen y lo cierto es que puedes caer en el bloqueo por mucho que escribas a diario, pero tampoco se sale de él sin trabajo, "la inspiración está en el culo" dicen por ahí,  y sin trabajo el talento se desperdicia.