lunes, abril 16, 2012

Primavera, viajes y apocalipsis


El viento huracanado hace que las banderas se ajen, los mástiles se partan y los contenedores se vuelquen, dejando su pútrido contenido esparcido por las calles.
Estas estampas tan primaverales, juntos con las absurdas noticias que se emiten a diario me dan la sensación de que el apocalipsis anda cerca y es inevitable, quizá resulte muy extremista, entiéndanme no digo que el mundo se vaya a terminar y los pocos supervivientes tengamos que valernos gracias al saqueo y el canibalismo, pero si me da la sensación de que todo explotará  por un lado u otro, es una sensación que se instaló hace algún tiempo, pero que va creciendo cada día, notando un especial incremento en esta primavera. Me equivoco, seguro, al final pasará como siempre, un día las cosas se calmarán, probablemente en invierno, cuando se le congele la sangre a los zombis, y no habrá pasado nada hasta la siguiente crisis.
Eso no evita que deje de pensar en cual es mi salida si el mundo tal y como lo conozco se viene a pique, así como hacía que lado se inclinará la balanza.
Como estudiosa de la Historia a veces, cuando estudiaba las revoluciones me perdía en ensoñaciones, si yo hubiera vivido aquello… ahora, que me veo tan cerca del cambio envidio a mi yo del pasado que vivía en una balsa de aceite y soñaba con tiempos más revueltos, decía que la gente se implicaba más en la política, en la vida en general y probablemente, si lo hubiera vivido, pensaría igual que pienso ahora, que no son objetivos, ni críticos con el mundo en el que viven, que se dejan llevar por las ideas de unos pocos y se exaltan por cosas que no tiene sentido exaltarse mientras que el problema de fondo sigue ahí y nadie lo soluciona.
Lo realmente curioso de esta situación es, en realidad, que veo lo que está pasando como el que estudia historia, desde lejos, fuera de contexto, con la diferencia de que antes, lo que estaba fuera de contexto era el texto que tenía delante y no yo, como parece pasar ahora mismo, me veo como una viajera del tiempo que se ha quedado atrapada en una fase interesante, pero desagradable y no puedo volver a casa. 

miércoles, abril 11, 2012

Te reconozco entre la multitud.

Por casualidad, llegaron a mis ojos unas fotos multitudinarias, no recuerdo sobre qué, no recuerdo porqué, pero normalmente tengo que mirar cara a cara, escrutar a cada persona para encontrar a aquel que conozco, contigo es diferente, al primer golpe te vi, sólo tu cabeza, entre la multitud. Has cambiado, pero todavía te reconozco.

Es en estas ocasiones cuando te echo de menos, si, no te sorprendas, te echo de menos, aunque quizá no como las exparejas se echan de menos, o quizá si, no echo de menos tu aroma, ni echo de menos mesarte la barba, ni echarme una siesta contigo, lo que echo de menos es a mi amigo, ese que un día, antes de ser mio me prometió que, pasara lo que pasara, íbamos a ser amigos siempre.

Pasan los años, que ya han sido muchos, y aún así, todavía, igual que te veo entre la multitud, hay cosas que suceden en mi vida que siento el impulso de contarte, como le contaría a cualquiera de mis amigos, antes lo hacía y mientras hubo algo peleabamos por cualquier cosa, eso tampoco lo echo de menos, pero hubo un dulce momento en el que fuimos civilizados, en el que después De, fuimos amigos, hasta que sin explicación previa se acabó y entonces sólo fuiste una cara que reconozco entre la multitud, una sonrisa que reconocería en cualquier parte, unos ojos que, a pesar de los años, me taladran. Con el tiempo empiezas a pertenecer a una vida anterior que ya no recuerdo, hasta que te veo entre la multitud.


viernes, abril 06, 2012

Cuando éramos Heavys

La miro y a pesar de los años la sigo viendo con el pelo corto, recuerdo que no me gustó, pero por aquel entonces también solía llevar una camiseta de Master of Puppets reformada para que se adaptara a la figura, vaqueros ceñidos y botas de tacón, eso si me llamó la atención. Ahora lleva el pelo con corte en melena, suele vestir con camisa y pantalón de pinzas y dice que le gusta. Yo no me quedo atrás, antes llevaba el pelo largo a media espalda, ahora lo llevo corto, tengo las muñequeras de pinchos en un cajón, no sé cual y hace un siglo que no me pongo una camiseta negra. 
Es inevitable, no es una cuestión de cambio de gustos, o quizá si, uno se modera con la edad, es parte de la formación de la personalidad, igual cuando tenga 70 años vuelvo a escuchar Childen of Bodom a todo pijo mientras mis nietos me suplican que lo quite, claro que no les haré caso porque estaré muy ocupado partiéndome la espalda haciendo el molinillo.
Ella es diferente, ya era moderada, no ha dejado de escuchar lo que escuchaba, yo fui muy radical, pero ella venía hecha cuando llegó a mi, su etapa más radical fue cuando le dio por escuchar Van Halen y a mi pesar, todavía lo hace. De todas maneras inevitablemente, cada vez que me subo en el coche con ella y lleva puesto el SM de Metallica la veo como en aquellos años, vestida igual, maquilada igual e igual de sexy, supongo que eso es sano porque reconozco en ella a la mujer de la que me enamoré, me pregunto si ella ve en mi al hombre del que se enamoró.
Esa visión, además de reconfortarme me turba, porque no puedo evitar sentir nostalgia de aquellos primeros días, de aquellos primeros besos, del torbellino del enamoramiento. Es curioso, son sensaciones que me encantaría volver a vivir, a veces me resultaría indiferente con quien, sólo sentirlas de nuevo, pero lo ideal es que eso no vuelva a pasar, pero es como pedirle a un adolescente que no se encierre en el cuarto de baño todos los días a las mismas horas, hay cosas que se siente la imperiosa necesidad de vivirlas una y otra vez. 

La seguiré queriendo siempre, porque siempre será la heavy de pelo corto que no le importaba admitir que era fan de Mecano y que eso no era incompatible con hacer el molinillo. Ay el molinillo, ya no tengo pelo para hacerlo, y sé, porque me lo ha dicho, que lo que más le gustaba de venir a conciertos de Brutal era verme hacer el molinillo, yo entiendo porqué sus pantaolnes ceñidos me encendían las pasiones, pero no entiendo porque a ella le pasaba cuando yo hacía el molinillo, cuando se lo pregunto dice lo que le gustaba era que lo daba todo en los conciertos, estas cosas extrañas que les pasan a las mujeres, y yo que me alegro, porque si no fueran así de extrañas en qué mundo iba a encontrar un desgraciado como yo una mujer como esta.

martes, abril 03, 2012

Cada día me cuesta más trabajo ponerme a escribir, aunque en realidad lo hago a diario, la literatura, la lírica, mi lírica, parece haberse ido de vacaciones abandonándome a merced de este espacio en blanco que parece abandonado.

Me busqué un apoyo y parecía que la cosa andaba, pero el bloqueo nos golpea a todos, a mi cada vez con más frecuencia y mi compañero y yo hemos coincidido en una parada contemplativa, que al fin y al cabo esos son los bloqueos, paradas contemplativas.

Espero disculpen estas líneas sin salero alguno, y las acepten a modo de disculpa por la inactividad, que desde luego, a quien más daño hace es a mi, ya que soy yo la que se queda sin lectores, porque en estos tiempos, por suerte, un lector no se queda sin escritores, porque somos muchos y muy buenos todos.

Prometo, de todas maneras, recuperaros, sin necesidad de robaros a otro autor.

Hasta dentro de muy poco.