El viento huracanado hace que las banderas se ajen, los mástiles
se partan y los contenedores se vuelquen, dejando su pútrido contenido
esparcido por las calles.
Estas estampas tan primaverales, juntos con las absurdas noticias
que se emiten a diario me dan la sensación de que el apocalipsis anda cerca y
es inevitable, quizá resulte muy extremista, entiéndanme no digo que el mundo
se vaya a terminar y los pocos supervivientes tengamos que valernos gracias al
saqueo y el canibalismo, pero si me da la sensación de que todo explotará por un lado u otro, es una sensación que se
instaló hace algún tiempo, pero que va creciendo cada día, notando un especial
incremento en esta primavera. Me equivoco, seguro, al final pasará como
siempre, un día las cosas se calmarán, probablemente en invierno, cuando se le
congele la sangre a los zombis, y no habrá pasado nada hasta la siguiente
crisis.
Eso no evita que deje de pensar en cual es mi salida si el mundo
tal y como lo conozco se viene a pique, así como hacía que lado se inclinará la
balanza.
Como estudiosa de la Historia a veces, cuando estudiaba las
revoluciones me perdía en ensoñaciones, si yo hubiera vivido aquello… ahora,
que me veo tan cerca del cambio envidio a mi yo del pasado que vivía en una
balsa de aceite y soñaba con tiempos más revueltos, decía que la gente se
implicaba más en la política, en la vida en general y probablemente, si lo
hubiera vivido, pensaría igual que pienso ahora, que no son objetivos, ni
críticos con el mundo en el que viven, que se dejan llevar por las ideas de
unos pocos y se exaltan por cosas que no tiene sentido exaltarse mientras que
el problema de fondo sigue ahí y nadie lo soluciona.
Lo realmente curioso de esta situación es, en realidad, que veo lo
que está pasando como el que estudia historia, desde lejos, fuera de contexto,
con la diferencia de que antes, lo que estaba fuera de contexto era el texto
que tenía delante y no yo, como parece pasar ahora mismo, me veo como una
viajera del tiempo que se ha quedado atrapada en una fase interesante, pero
desagradable y no puedo volver a casa.
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