domingo, marzo 07, 2010

prólogo

Caminaba con su Winchester al hombro, con una sonrisa de oreja a oreja, otro caso resuelto, otro niño devuelto sano y salvo a sus padres, sin necesidad de pagar rescate y ella, con sus cabellos suaves y su fantástico olor estaría esperando en casa, probablemente sobre el ordenador digitalizando alguna película, le gustaba como la luz blanca de la pantalla le iluminaba el escote y el perfil. 

Al llegar a casa nadie contestó a su saludo, la buscó en cada habitación, pero no había rastro de ella, llegaría en cualquier momento... pasó la noche y nada... buscó entre sus cosas, todo estaba allí, cepillo de dientes, cremas, ropa, no faltaban ni unas bragas... Tras 72 horas denunció su desaparición a la policía, durante aquella semana empapeló Johannesburgo con su cara... pasó un mes... y otro... y otro... Te ha dejado, decían, pero él se negaba a creerlo, algún día la encontraría...

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