martes, junio 07, 2011

Después de...

El bloqueo es, probablemente, la sensación más desagradable que puede vivir alguien sin llegar a tener una enfermedad diagnosticada.
Anteriormente hemos llegado a la conclusión de que tenemos una necesidad casi física de escribir, por lo que manifestamos síntomas anteriormente descritos de forma compulsiva, hasta que llega un momento en el que esas páginas en blanco nos aterrorizan, los pensamientos cíclicos se tornan oscuros y el picor de las manos se extiende por todo el cuerpo provocando un estado de nervios constante. Estas sensaciones se pueden reprimir de varias maneras:
Puedes escribir sobre lo terrible que es el bloqueo, lo que en realidad es un paliativo temporal, es como alargar el mono, pero este caso es bastante útil.
Otra opción, aunque no es recomendable, es suprimir los síntomas, durante un breve periodo de tiempo puede funcionar, pero llegado cierto momento nos sume en la oscuridad, llegando a afectar a aquellos que nos rodean, en este estado te pareces bastante a alguien falto de sueño, que vaga por el mundo constantemente cansado e iracundo, porque al fin y al cabo, para algunos, escribir es una necesidad fisiológica tan básica como soñar, de hecho es casi una extensión de los sueños, y sin llevar a cabo esta función no nos regeneramos, no vivimos. Nuestro estado de desesperación puede llegar hasta tal punto que provoquemos situaciones no deseadas con tal de encontrar un detonante para salir del bloqueo.
La mejor opción, que se puede (o debe) combinar con la primera, es sin duda buscar un detonante, evitando las confrontaciones directas, para esto tenemos que transformar nuestra forma de ver el mundo, posicionándonos como la voz omnisciente, el paseo es un gran recurso, pues nos permite la observación furtiva de nuestros congéneres, lo que suele ser una buena fuente de inspiración, así como utilizar este tiempo muerto para enriquecer la que será nuestra obra leyendo mucho, principalmente, así como realizar otras actividades culturales, como ver cine, visitar museos y escuchar música, la gran cantidad de actividades nos acabará proporcionando una idea cualquiera, con la que hay que ponerse manos a la obra sin esperar un instante.
No tiene porqué ser una gran novela, ni siquiera una corta, con un relato o un poema nos basta, de repente sentimos que nuestra alma se aligera; como una noche dormida del tirón, despertamos nuevos, eufóricos y seguros de que a partir de ese momento todo será mejor.
Pero indepedientemente de todos los recursos para salir de este atolladero lo mejor es no llegar nunca a él ¿Cómo? Escribiendo todos los días, dicen los expertos, aunque sea un diario, aunque sean anotaciones, sacar y estimular los pensamientos cíclicos, pero la realidad es que pocos lo hacen y lo cierto es que puedes caer en el bloqueo por mucho que escribas a diario, pero tampoco se sale de él sin trabajo, "la inspiración está en el culo" dicen por ahí,  y sin trabajo el talento se desperdicia.

2 comentarios:

escaldo dijo...

la inspiración...

esta en quien te la proporciona...

con que o quien inspiras tu?

Estrella Ferre dijo...

El mundo me inspira...