
Me enfrenté al mundo, seguí normas de conducta que granatizaban mi supervivencia que no me sentía capaz de cumplir, pero aún así, anduve, sin tregua ni descanso, hay cantidad de peligros que sortear: el hambre, los canívales, los saqueadores, hasta la insalubridad del aire.
Igualmente, sin ánimo ni esperanza alguna continuo mi camino, como alma en pena.
cuando lo pienso no le encuentro explicación, soy un zombie en busca de suplir mis necesidades básicas, en la más absoluta soledad, no sé de dónde saco energías para levantarme con el primer rayo de sol y seguir caminando, de la misma manera que me sorprende conciliar el sueño cada noche, después de los horrores pasados, pero aún así lo hago.
Simplemente Sobrevivo.
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