viernes, mayo 13, 2011

Al olor de los geranios

Allí estaba, sentada en la terraza, al olor de las macetas de geranio intentando imaginar.
El tibio sol de Marzo acaricia su rostro y casi parece un cariño de Apolo. Los almendros mecen sus flores rosas al compás que marca el viento. La hierba es fresca, un lecho natural del que nacen mil dedos, que suben por la planta de su pie, cosquillas, graciosas hormigas exploradoras que provocan un escalofrío que atraviesa su cuerpo.
El arroyo canta y cien ninfas acompañan con la lira el poema de amor que traen los cantos rodados.
Los álamos bailan a la orilla del agua cuán odaliscas ante el sultán.
Un pájaro trina, haciendo los coros al arrollo.
Allí estaba, en el paraíso, en la terraza al olor de los geranios.

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